Un interesante articulo sobre la ley de radio y TV.
La sociedad civil pregunta:
¿frecuencias para qué y para quién?
La discusión en torno a la Ley de Radio y Televisión ha puesto de manifiesto la existencia de grupos de interés en la industria de los medios electrónicos que se niegan a reconocer la necesidad de consolidar un nuevo marco jurídico que regule la utilización del espacio radioeléctrico, ante la llegada de las nuevas tecnologías en materia de comunicaciones que permiten una gran cantidad de combinaciones entre ellas y que se reconocen entre los especialistas como convergencias multimediáticas.
Lo anterior implica que la elevada concentración actual en los medios se fortalecerá en beneficio de unos cuantos y en deterioro de la sociedad si no se cuenta con un ordenamiento que garantice la pluralidad en el uso de estos medios que debe de poner énfasis en el servicio a la ciudadanía, más allá de los beneficios económicos que produce la industria.
En el Siglo XXI, la radiodifusión mexicana debe ensanchar sus horizontes a la amplia gama que demandan los diferentes públicos y esta evolución requiere de una reglamentación adecuada a los medios de comunicación electrónica porque explotan un recurso natural que es un bien de la Nación y, por ende, de todos los mexicanos (el espacio aéreo) con la ayuda de una infraestructura cada vez más sofisticada (tecnología), y cuya función se ha diversificado ampliamente en el transcurso de los últimos 30 años (servicio social).
La discusión se ha empantanado intencionadamente en el terreno de la tecnología cuando el tema central es el uso que se hace de ella, en beneficio de los destinatarios. La oposición a la existencia de un órgano regulador autónomo radica fundamentalmente en mantener el maridaje de lo público y lo privado a través de negociaciones basadas en la discrecionalidad que permite la legislación vigente y que se prolongaría si el órgano regulador se traslada a la COFETEL. Basta recordar que la subsecretaría de la SCT responsable del otorgamiento de concesiones siempre ha estado ocupada por un empleado al servicio de los grandes concesionarios.
A partir de la última década del siglo XX, existían básicamente los siguientes desarrollos tecnológicos: el proyecto MUSE en el terreno de la televisión de alta definición en Japón; los proyectos EUREKA para DAB (Digital Audio Broadcasting) y MAC para HDTV (High Definition Television) en Europa; y la propuesta de utilizar un sistema de transmisión de radio denominado IN BAND-ON CHANNEL (IBOC) en Estados Unidos.
Asimismo, en los primeros cinco años de este milenio se ha consolidado una nueva tecnología en la Comunidad Europea que abre nuevas rutas en el terreno de lo digital a las frecuencias de amplitud modulada y onda corta y que se conoce como Digital Radio Mundiale (DRM), que incluso ha sido probada en México el 9 de febrero de 2005 en Radio Educación.
La discusión en nuestro país para tomar la decisión de adoptar entre la tecnología Eureka 147 o la tecnología IBOC ha quedado estancada desde hace 10 años debido a que no se llegó a un acuerdo en el uso de la banda L para la propagación de las señales digitales del proyecto Eureka 147. Cabe señalar que de haber avanzado dicho proyecto estaríamos enfrentando en este momento la redistribución de las frecuencias de radiodifusión porque son distintas a las utilizadas en amplitud modulada (AM) que opera en la banda de 530 a 1600 kilohertz y en frecuencia modulada (FM), las cuales funcionan en la banda de 88 a 108 megahertz.
En el caso de adoptar la tecnología EUREKA 147, ésta operaría en la banda de 1.4 a 1.5 gigahertz transmitiendo hasta 24 canales digitales. Cada uno de estos canales digitales en Eureka 147 permitiría la existencia de hasta ocho señales diferentes.
No ocurre lo mismo con el proyecto IBOC, impulsado por Estados Unidos y cuyo objetivo es que no haya una reasignación de frecuencias para que quienes poseen señales de AM y FM se mantengan como propietarios, se beneficien y se fortalezcan con la nueva tecnología que en cada canal permite la existencia de hasta cuatro señales diferentes.
En pocas palabras: ¿qué significa adoptar el Proyecto IBOC en nuestro país? Que las concesiones existentes en la actualidad no cambien de manos y que además se apropian de las nuevas señales, lo cual se agrega al hecho de que el Poder Ejecutivo les acaba de ampliar la posesión hasta por 30 años.
Uno de los puntos centrales de la iniciativa en discusión hoy para reformar la Ley Federal de Radio y Televisión es evitar que la concentración de los medios en pocas manos (en televisión sólo son dos empresas y en la radio menos de 20) se perpetúe en detrimento de la pluralidad que en el uso de los medios de radiodifusión demanda nuestro país para la construcción de la democracia y para la expresión de la diversidad cultural que caracteriza a México.
Los países que se encuentran a la vanguardia están en posibilidades de marcar la ruta y el destino de la radio digital, no sólo en cuestiones técnicas y económicas sino también en materia de contenidos e incluso en asuntos de legislación internacional que repercutirán en las legislaciones nacionales en materia de comunicación.
Los grupos de interés de la industria de la radio y la televisión buscan preservar la posesión de las frecuencias para explotarlas ellos o en sociedad con megaconsorcios internacionales, y por tal motivo no desean la existencia de radiodifusoras comunitarias ni públicas, con el endeble argumento de que ellas significan "competencia desleal".
Pero aun desde la tan defendida lógica de la competencia y el mercado, tampoco desean que otros inversionistas inviertan en medios electrónicos. En síntesis: ni competencia pública ni comunitaria ni privada.
La Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión no ofrece opciones para el diálogo, no propone, sólo defiende lo que los empresarios consideran propiedad privada cuando en realidad se trata del patrimonio de la nación: el espacio aéreo.
Los grandes consorcios internacionales y las fuertes empresas nacionales quieren, en esta nueva era de la radiodifusión, "todo el cielo para ellos". Por eso en México los miembros de la CIRT dicen NO a la radiodifusión pública y comunitaria, para seguir influyendo en la toma de decisiones del Poder Ejecutivo y, como también se ha evidenciado, en el Poder Legislativo.
En 1992, los planteamientos en el terreno técnico dieron paso a nuevas discusiones que hoy son fundamentales: los contenidos, la cobertura, las alianzas económicas y la legislación. Con el objeto de obtener mayores ganancias, los dueños de las grandes empresas mundiales se percataron de que tenían que acelerar los procesos antes de que los diferentes países del mundo comenzaran a legislar y poner límites.
No hay un órgano internacional que diga qué se debe poner al aire, son los radiodifusores quienes deben decirlo, sabemos que podemos influir en las políticas y lo hemos ejercido en toda su dimensión, así que debemos integrarnos para actuar a nivel local, nacional y regional para que nosotros conformemos las políticas antes de que surjan reglamentos y tengamos que luchar contra ellos.1
Es el principio de una nueva era, la manzana está ahí, en el árbol, y a nosotros nos corresponde cortarla.2
Así pues, en este momento, el poder contar con una legislación más moderna que permita abrir la competencia en el sector al ingreso de nuevos inversionistas, y que apoye y fortalezca la presencia de medio públicos y de radios comunitarias, resulta de gran trascendencia histórica y constituye una necesidad para el futuro próximo. Para ello, el otorgamiento de las concesiones debe estar en manos de un órgano confiable, que transparente los procesos y la información, que asuma la importancia de los medios electrónicos como un servicio social y no sólo como vía para la generación de enormes ganancias para unos pocos.
En el voto de cada senador y senadora y en su conciencia, está el darle a nuestro país una Ley Federal de Radio y Televisión que verdaderamente conduzca a la democratización de los medios electrónicos de comunicación, limite el enorme poder que han alcanzado sus dueños y eleve la calidad de sus transmisiones mediante una apertura a la competencia pública, privada y social.
NOTAS
1) Ted Turner, Vicepresidente Ejecutivo de CNN-EU,Séptima Conferencia Mundial de World Broadcasting Union, WBU, Uniones Mundiales de Radiodifusión, celebrada en México, abril 27-30 de 1992.
2) Ibid.-David Wood, Director de la División European Broadcasting Union.
Fuente: http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx
*La responsabilidad del articulo es plenamente de su autor.
Radioactivo 98/5 